DE PAR EN PAR

DE PAR EN PAR

A la intemperie y abierta de par en par, esta vieja ventana nos permite vislumbrar la ruina de una ermita situada en mitad del campo castellano.

Opino que todas las cosas tienen vida, más o menos evolucionada, pero vida, así que a esta ventana le supongo vida.

La ventana también siente, y ya no esperaba visita de nadie, no esperaba más que su lenta pero imparable disolución a manos de la carcoma y los elementos, cuando, a lo lejos, vió aparecer a un ser extraño, un ser bípedo y armado de un artilugio para captar imágenes, y en el fondo se alegró.

Ese extraño ser no es otro que el que os narra este cuento sin sentido, y la ventana se engalanó para mi, todo un lujo, permitiéndome acceder a sus entrañas.

Hubo comunión, pues si te fijas detenidamente en las cosas, desde la más simple a la más compleja, terminan mostrándote sus intimidades, termina habiendo unión.

Me pareció bella la escena de la carcoma realizando su labor en la decadente ventana, mientras ella, impasible y aún con una de sus maderas vivas, me invitó a pasar al interior de la ermita, pero antes de ello, ventana y yo departimnos en silencio de nuestras cosas.

Moraleja: contemplando las cosas sin juicios previos, logramos interiorizarlas y comulgar con ellas .