simplemente, el desierto...

simplemente, el desierto...

Siempre soñé con visitar el desierto y este verano hice realidad ese sueño, caminé sobre las dunas por la noche, sintiendo el frío de la fina arena acariciando mis pies, mientras observaba atónita un cielo sorprendentemente estrellado, un cielo donde no cabe lugar para ninguna estrella más, tuve la sensación de poder acariciar las estrellas con mis manos, por un momento creí poder alcanzar una de ellas y guardarla en un baúl, por si alguna vez necesito su luz. Pasé una noche especial durmiendo entre las dunas presenciando atónita el espectáculo que nos ofrecía el cielo, vi mi primera estrella fugaz, algo que jamás olvidaré, después fue como una lluvia de estrellas fugaces, la emoción me hizo presa, no pudiendo contener las lágrimas ante tanta belleza.

Presencié el amanecer desde una de las crestas de las dunas, una experiencia inolvidable, me sentí como un pájaro en libertad, creí volar entre las luces y los colores que el sol pintaba sobre ese paisaje sobrecogedor, rompiendo así el silencio ensordecedor con el aleteo de mis alas. Me sentí increíblemente pequeña mientras volaba sobre la inmensidad del desierto. Observaba maravillada las formas onduladas y las texturas de las dunas. Creo que fui aún más consciente de lo que amo la naturaleza y ese pájaro que en ese momento estaba dentro de mí y que volaba en libertad se sintió más vivo y con más fuerza que nunca.

Uno de los viajes que también ha marcado mi vida como el de Argentina

Espero que os guste. Un abrazo.