...ante el rojo rosal...
No salieron jamás
del vergel del abrazo.
Y ante el rojo rosal
de los besos rodaron.
Huracanes quisieron
con rencor separarlos.
Y las hachas tajantes
y los rígidos rayos.
Aumentaron la tierra
de las pálidas manos.
Precipicios midieron,
por el viento impulsados
entre bocas deshechas.
Recorrieron naufragios,
cada vez más profundos
en sus cuerpos, en sus brazos.
Perseguidos, hundidos
por un gran desamparo
de recuerdos y lunas,
de noviembres y marzos,
aventados se vieron
como polvo liviano:
aventados se vieron,
pero siempre abrazados.
Miguel Hernandez.
Coquitte 17/02/2015 1:11
¡Bella! Muy buen trabajo de edición y el poema es fantástico. Saludos Marce.Chaito Bahamonde 16/02/2015 18:20
bellos coloressaludos, chaito