Antiguas singladuras

Antiguas singladuras

Recién terminado el servicio militar en Hoyo de Manzanares me enrolé en el barco pirata del Cachorro, un valiente corsario que me había presentado el Capitán Trueno en un tugurio de la cuesta de Moyano.
Recuerdo las largas singladuras por el mar de los Sargazos, los abordajes temerarios a las galeras españolas que hacían las Américas, las impresionantes batallas navales contra la armada inglesa y las noches de orgías increíbles en la isla Tortuga.
Después de varios años de sobresaltos me refugié con mis ganancias en Oràn, donde el cadí, el malvado Alí Bey, celoso de mi fortuna y de un desliz que tuve con Aixa su favorita, me encadenó en una mazmorra y me despojó de todas mis riquezas.
Gracias a Dios que después de grandes fatigas me liberó el Guerrero del antifaz y pude volver a España en compañía de mi loro, que es lo único que me ha quedado de aquellos tiempos, amen de un parche de terciopelo negro que luzco orgulloso en mi ojo derecho.
En la actualidad vivo en un viejo barco en el puerto de Motril, con el que salgo todos los días por la bahía para recordar mis antiguas singladuras…