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Antonio Ríos Mestre


Free Account, Barcelona

Convivium

Estaba fray Canelo subido a un tejado gozando de la alegría de vivir cuando acertó a pasar un tren de cercanías. El buen fraile se percató de que una pareja de viajeros celebraba un festejo con sabrosa cerveza. No se lo pensó dos veces y, como la gracia bendita del espíritu espirituoso le permite metamorfosearse en una etérea exhalación, se trasladó hasta el tren cual brisa fresca y penetró por la ventanilla. Una vez dentro, no tuvo reparos en posarse en las faldas de la mujer, y dijo con voz seductora: "¿Tendrían vuestras mercedes la liberalidad de convidarme?".

Allí estaba Antoñito para hacerles una foto y dar fe de la veracidad de la escena.

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