El refectorio del convento
Los domingos al amanecer, en la pequeña capilla del convento de clausura de las monjas Tomasas, el capellán celebraba una modesta misa a la que asistían los vecinos de los alrededores. Aunque no lo decían, la verdadera causa de su asistencia a aquel rito se debía a una joven novicia muy guapa que había despertado su curiosidad, por lo que no paraban de hacer cábalas sobre el motivo de su estancia allí.
Con el pretexto de acompañar a su madre mi amigo Picante no se perdía ni una misa y siempre se colocaba junto a la reja de la clausura para admirar a la misteriosa novicia.
- ¡Picante, “pa” mí que tú estás enamorao…! -le dije una mañana después de misa.
- ¡Arillo, tú eres “mu” chico “pa” saber de estas cosas! -me respondió.
El Picante… Era mas rancio… Tenía once años y decía que era “fisolofo”…
JUAN DE DIOS VÍLCHEZ PÉREZ 09/09/2011 7:10
Magnifica fotografía Antonio,con un bellisimo encuadre lleno de detalles de gran nitidez.Preciosa la luz captada,así como la atmósfera del lugar.Saludos amigo.Carmeta 08/09/2011 22:01
Bella historia para una excelente fotografía.Un abrazo amigo
Iolanda rodriguez 08/09/2011 20:01
A mi me encanta la historia, pero me quedo con las ganas de saber si el picante consigue a la novicia...... preciosa historia y un lugar maravilloso pa contarlaMaria Eugenia. 08/09/2011 19:20
Preciosa toma. Me encanta como acompañas cada una de tus tomas con anècdotas tan interesantes como èsta. Un abrazo amigo.Marìa.xxx xxx xxxx 07/09/2011 17:45
Bonita historia y preciosa toma, felicidades Antonio.anabella koesling 07/09/2011 11:32
jajaja,,que fino, muy buena.saludos
Anita. Luz. 07/09/2011 10:27
Tendrías que escribir un libro acompañado de tus fotos!!! Eres genial.Un abrazo.
Lola Diaz Somodevilla 07/09/2011 0:07
Antonio ya me dejas intriga. ¿que pasó con el Picante y la novicia?. ¡Ay que historias cuentas!. precioso refectorio. un abrazo lola!!Ana Vera 06/09/2011 23:44
EL Picante ya sabía lo que se hacía....Andar por esos salones, esperando a que la novicia se dejara ver,,,, Una historia fenomenal para hacer justicia a tu imagen impecable. Buena de verdad, Antonio