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Ricky Kimmich


Free Account, Glew

Los Niños de Chorojo

Contando un poquito más de Chorojo, recuerdo mis minutos de recreo en la escuelita, rodeado de niños y su director observándonos. O el Consejo de la Comunidad celebrando una de sus habituales reuniones y donde sus voces parecían latidos del Corazón. Minutos en los patios de alguna familia y hasta compartir un plato de comida natural con ellos, mucho, si me lo hubiera puesto a pensar antes del viaje que algo así sucedería, poco, repito, si queréis conocerlos.

El viento y los pájaros son su música estereofónica, que nunca un Ipad moderno podrá reproducir, solo nuestros oídos, solo sus oídos, lo disfrutarán.
Sus patios, sus casas, con una panorámica natural que nuestro creador les ha dado, nos ha dado.
Sus bosques de Quewiñas, que conocieron en el anterior post, son su energía, son su madera para la construcción de sus aberturas, pero son algo más importante, son la imagen que le otorgan un movimiento increíble a sus montañas, ellos, que acomodan su forma y parecen amagarle al viento cuando sopla y como sopla a esas alturas, cada uno con fuerza, para mantenerse.
Cuantas historias podrán contar esos árboles centenarios o sus piedras o la tierra que se van moviendo acariciadas por las manos de la comunidad para que ingresen las semillas y le brinden alimento. Y el agua cristalina, escasa, pero la suficiente para todo crezca, produce un murmullo constante entre las rocas para decir, o también soy parte de esto.
Niños nacerán con la cultura de sus ancestros, ancianos partirán dejando todo su legado, como en todos los rincones de nuestra Tierra. Su cuerpo será polvo, pero su cultura recorrerá cada recoveco de tan esplendido lugar, se alojará en la hendidura de una Quewiña y le dará una nueva forma, como protegiéndose para cuando su descendencia lo necesite.
Ellos son la Vida, todos somos la Vida.
No seré yo quien cuente su vida, solo unas palabras hoy , quizá en un futuro si la vivo, porque hay que vivirla para sentirla, compartirla y así y todo no nos alcanzarán las palabras y las fotos para recrear su historia. Historia, como la de cualquier pueblo que nos rodea, desde Glew donde vivo, hasta Urribelarrea, desde alguna comunidad en alguna provincia como Chaco o Jujuy que se puede parecer en parte a Chorojo, cada historia, vívela vos y solo vos la interpretarás.

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