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Laura Huizenga


Free Account, Santa Rosa. La Pampa

Piedras y reflejos

La Historia de Epecuén.- "Epe-cuén" EPE, casi; Cuén, asar ( casi as...

Sus aguas extremadamente saladas producían escozor en la piel de aquellos que se acaban de bañar en ellas. De ahí su nombre en Mapuche. La primera referencia del Lago Epecuén data de 1770 cuando el Piloto de la Real Marina Pablo Zizur la descubre y la bautiza Laguna San Lucas. Quiso el destino que San Lucas sea el patrono de la medicina.
El primer análisis de sus aguas se produce en 1886, (Carhué se funda en 1877). Este análisis fue realizado por un químico italiano quien se maravilló por la riqueza mineral del Lago Epecuén. Constató que la salinidad era superior al mar en 10 a 1 y aconsejó su rápida explotación mineral para exportar a Europa previo traslado en ferrocarril, el que recién llegaría en 1899.
A principios del siglo XIX, El Lago Epecuén -inserto en una enorme depresión salina-, comienza a ser muy renombrado por las propiedades curativas de sus aguas. Los primeros visitantes arribaban al lugar en galeras o diligencias. Esta gente concurría y acampaba en carpas a sus orillas o en las fondas locales. En 1909 se le da un respaldo científico-médico a sus aguas milagrosas enviándose una comitiva científica provincial en donde se revelan sorprendentes propiedades. A partir de allí y especialmente en la década de 1920, se comienza a vislumbrar un gran futuro para el Lago. Así, varios pioneros y visionarios efectuaron obras cuyo fin era dar a los bañistas de Buenos Aires y demás puntos, confort y servicios.
El ritmo del crecimiento se hizo frenético. Se construían hoteles de alta categoría, balnearios imponentes y lujosas residencias privadas.

Nacieron las empresas explotadoras de sal, barro radiactivo, jabones en base al barro, etc. Muchos de estas fracasaron, no debido a la escasez de turistas, sino a la inestabilidad del caudal del Lago Epecuén que históricamente fue de escaso volumen hídrico. Al lado de los hoteles comienzan a establecerse trabajadores y propietarios y así, para 1930, la Villa Lago Epecuén ya contaba con iglesia, escuela y todos los servicios necesarios para el desarrollo de un pueblo.
A partir de allí la historia de crecimiento de la villa no cesaría. Villa Lago Epecuén llegaría a contar con 5.000 plazas hoteleras declaradas y cientos de comercios. En las décadas del '60 y '70 llegaron a recibir a 25.000 turistas entre los meses de noviembre y marzo. La población estable de la Villa Lago Epecuén era de 1.500 personas. Por más de 60 años el Lago continuó con su rutina de crecidas y sequías según las lluvias que recibía la región. Obras de hidráulica efectuadas debido a los constantes pedidos de agua hicieron que, en 1978, se tuviera que construir un terraplén de defensa del pueblo, consecuencia del gran ingreso de agua. El Lago Epecuén es la última laguna, y por ende más baja, del llamado sistema de Lagunas Encadenadas del Sudoeste. Este sistema es endorreico, es decir, no posee salida al mar. El 10 de noviembre de 1985 ese terraplén no soportó el embate del Lago. Para el invierno de 1986 el pueblo de Villa Lago Epecuén poseía 4 metros de agua en sus calles, llegando a 1993 a estar sumergida bajo 10 metros de agua.

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Dossier Blanco y Negro
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Exif

APN NIKON D3100
Objectif ---
Ouverture 5.6
Temps de pose 1/400
Focale 18.0 mm
ISO 200