Prisma
Mientras un grupo de científicos desafían los rayos carmesíes del sol del medio día de Sri Lanca, tras los pasos del último elefante albino, cientos de seres humanos se convierten en blanco de los bombardeos de las fuerzas estadounidenses e iraquíes en la asediada Faluya.
Los corresponsales de prensa que normalmente viajan con las tropas de ocupación y están sujetos a severas restricciones militares, ni se enteran del negro destino que enfrentan los cuatro mil elefantes que aún quedan en Sri Lanca y no tienen la suerte de ser ni siquiera grises.
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